Maldivas: ahora abierto a todos
Las Maldivas son uno de los pocos destinos vacacionales abiertos a turistas internacionales en este momento, incluidos los estadounidenses.
La nación de 1.200 islas reabrió sus fronteras en julio sin mandatos de pruebas ni cuarentena, luego cambió de rumbo en septiembre para exigir resultados negativos de las pruebas de Covid-19 a todos los viajeros entrantes (96 horas antes de la salida). También se debe completar un formulario de Declaración de salud del viajero en línea 24 horas antes del despegue.
Estadísticamente, Maldivas tiene bajo control la situación del coronavirus, con menos de 13.000 casos y 46 muertes en total desde que comenzó la pandemia. Fue declarado "destino seguro" por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo el 15 de septiembre.
Como todos los países que dependen en gran medida del turismo, se ha visto muy afectado por la crisis. Según el Banco Mundial, el turismo representa directa e indirectamente dos tercios del PIB del país.
La industria floreció en 2019 cuando las llegadas de visitantes aumentaron en 14.7% (interanual), y las llegadas totales alcanzaron un récord de 1.7 millones. Las autoridades esperaban alcanzar los 2 millones de llegadas este año.
El escritor Travis Levius voló con Qatar Airways, una de una docena de aerolíneas que ofrecen vuelos a las Maldivas en este momento. Los protectores faciales y máscaras son obligatorios durante el embarque.
Travis Levius
En una declaración emitida en mayo, Ali Waheed, ministro de Turismo del país, describió el impacto de la pandemia de coronavirus como "más devastador que el tsunami de 2004 y la crisis financiera mundial de 2008"."
Por lo tanto, no sorprende que haya estado entre los primeros países en reabrir.
Mi viaje comenzó en el John F. Kennedy, donde abordé un vuelo de Qatar Airways; es una de una docena de aerolíneas que ahora prestan servicios en la capital de Maldivas, Malé.
Si bien Maldivas tiene un conjunto de reglas de entrada, Qatar Airways también tiene las suyas: los pasajeros que salen de cualquier país de alto riesgo, incluidos Estados Unidos, Brasil, India y Filipinas, deben presentar una PCR Prueba de Covid negativa en el check-in.
Tenga en cuenta el énfasis en "PCR": he visto a posibles pasajeros en JFK negarles tarjetas de embarque porque les proporcionaron una prueba rápida, y no fue agradable.
Durante el embarque, los pasajeros de Qatar Airways deben usar su máscara y un protector facial, que proporcionan de forma gratuita en la puerta.
Hice el tramo de Nueva York a Doha en clase económica en un avión medio vacío, teniendo toda una fila para mí solo. Luego volé en Qsuites, la oferta de clase ejecutiva de Qatar Airways, para el tramo final a Malé.
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Con un amplio espacio personal y puertas corredizas de privacidad, definitivamente era mi medio preferido para distanciarme socialmente en un vuelo.
Finalmente llegué al Aeropuerto Internacional Velana de Maldivas por la mañana, y el descenso sobre manchas azules de atolones prístinos fue tan emocionante como siempre desde mi asiento junto a la ventana.
La cuarentena más lujosa del mundo
Trans Maldivian Airways es el mayor operador de hidroaviones del mundo. Nos ponemos a trabajar con uno de sus pilotos más experimentados, el canadiense Andrew Farr.
Desembarcar de la clase ejecutiva antes que la mayoría de los demás se convirtió en una tremenda bendición, ya que los controles fronterizos eran estrictos y requerían mucho tiempo. Me acerqué a la cabina de control fronterizo con la documentación necesaria para ingresar: una copia impresa del resultado negativo de mi prueba de Covid, copias de mis dos reservas en el resort (Soneva Fushi y Soneva Jani) y un código QR de mi formulario de Declaración de salud del viajero completado. .
Después de recoger mi equipaje facturado y pasar por la aduana, encontré a los amables (y enmascarados) anfitriones del aeropuerto de Soneva Fushi, quienes me llevaron rápidamente a un mostrador de facturación para tomar un vuelo programado en hidroavión a su resort.
Una camioneta nos llevó a mí y a otros huéspedes del resort al salón exclusivo del aeropuerto de Soneva Fushi, donde mantuvimos la distancia unos de otros, comimos refrigerios y completamos nuestros registros en el resort hasta la hora de abordar.
Más tarde nos subiríamos a su hidroavión privado de color púrpura para realizar un vuelo panorámico de media hora hasta su "aeropuerto internacional" (una plataforma pequeña y aislada que se balanceaba en el océano), seguido de una lancha rápida. navegue hasta el embarcadero de madera extendido del complejo, donde los "mayordomotes descalzos" enmascarados y el personal administrativo nos dieron la bienvenida.
Me subí a un buggy con mi mayordomo, quien me lleva directamente a mi enorme villa frente a la playa. la única parte de la vida isleña que vería durante las siguientes 20 horas.
Minutos después de mi cuarentena, un técnico de laboratorio armado con un traje blanco contra materiales peligrosos entró en mi complejo para administrarme la prueba de Covid en la villa, frotándome la garganta y apuñalando ligeramente mi fosa nasal izquierda. Me informó que recibiría los resultados a la mañana siguiente.
Una vista aérea de una de las nuevas villas con piscina sobre el agua de Soneva Fushi.
SANDRO BRUECKLMEIER
Los complejos turísticos de Soneva en Maldivas, Soneva Fushi y Soneva Jani, son solo dos de un puñado de complejos turísticos que realizan pruebas de Covid dentro del complejo para todos los huéspedes como una capa adicional de protección contra la propagación del virus.
Ofrecen estas pruebas de PCR sin costo adicional y ofrecen importantes vales de crédito para alimentos, bebidas y actividades por las molestias del autoaislamiento.
Hay dos escenarios posteriores a la prueba para los huéspedes de Soneva: Covid-negativo significa que uno puede explorar la isla y su gran cantidad de actividades fuera del sitio sin preocupaciones y sin máscaras.
Los resultados positivos de Covid requieren una cuarentena de 14 días en la propia villa (con alojamiento gratuito). Aunque me sentí aliviado de tener resultados negativos, no pude evitar pensar que hay lugares mucho peores en la Tierra para recuperarme durante dos semanas si los resultados fueran diferentes.
Después de un mensaje de Whatsapp de mi mayordomo temprano en la mañana indicando mis resultados negativos, pasé el resto de mi visita experimentando el resort de lujo ecológico como lo haría en la era prepandémica: haciendo snorkel junto a otros huéspedes con mantarrayas. en aguas claras de laguna; disfrutar de sabrosos platos de desayuno maldivos y panasiáticos en su buffet junto a la playa y probar mi tobogán acuático personal en uno de los nuevos Water Retreats de Fushi (las villas sobre el agua de uno y dos dormitorios más grandes del mundo), todo sin necesidad de rociar desinfectante en mis pantalones cortos de baño.
"Las Maldivas ofrecen una oportunidad de oro para volver a sentirse normal", dice Levius, quien está claramente impresionado por su hogar temporal en Soneva Fushi.
Travis Levius
Me acostumbraría por completo a esta nueva "libertad" cuando llegara a mi segundo resort, Soneva Jani, conocido por sus villas sobre el agua estilo castillo de arena con techos retráctiles. Como ya se había hecho la prueba en Soneva Fushi, no fue necesario realizar otra prueba de Covid.
Durante mi viaje a un resort gemelo, popular entre los huéspedes de Soneva incluso antes de la era Covid, el traslado en hidroavión entre los dos fue la única vez que tuve que usar máscaras antes de finalizar mi viaje.
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Pero viajar durante la pandemia es una elección personal y cada uno tiene su propio umbral.
Creo que Maldivas ha hecho un trabajo encomiable al prevenir la propagación del virus e instalar protocolos para mantener seguros a los locales y a los viajeros en todo momento; Resorts selectos con pruebas en villas como Soneva Fushi y Soneva Jani brindan aún más tranquilidad.
En las típicas vacaciones en las Maldivas, los viajeros se recluyen en sus villas, observan una variedad de peces desde sus terrazas, nadan y disfrutan de comidas en las villas en su propia burbuja personal.
Dependiendo del resort, las Maldivas ofrecen una oportunidad de oro para volver a sentirse normal; para algunos, vale la pena viajar al otro lado del mundo para experimentar una sensación tan perdida hace mucho tiempo.